LA CIUDAD, LA MOVILIDAD Y EL CAMBIO CLIMÁTICO.

En los últimos meses he asistido a dos congresos uno fui invitado a participar en una conferencia del II FÓRUM INTERNACIONAL CREANDO FUTURO sobre desarrollo sostenible y saludable, en el mes de Noviembre de 2017, organizado por el Colegio de Ingenieros Industriales de Cataluña y Miesesglobal.org, en la mesa se planteaba la movilidad segura y sostenible en las ciudades inteligentes.

Los días, 17 a 19 de Enero 2018, asistí al Primer Congreso Catalán de Derecho Ambiental, en Tarragona organizado por la Universidad Rovira y Virgili. Este Congreso, como sus organizadores indican, pretende ser un espacio abierto al debate y al intercambio de experiencias desde diferentes aspectos tanto jurídicos, económicos y sociales.

Los dos congresos tienen en común el tema de la ciudad, la movilidad y el cambio climático, aspectos que se deben afrontar con soluciones y propuestas concretas y reales para empezar a realizar cambios.

Recientemente leía un artículo del catedrático Manuel Castell, con quien coincido cuando indica que; «este planeta es básicamente urbano y sobre todo mega metropolitano», [1] ya que es un rasgo espacial y que asistimos a una acelerada metro politización de nuestro mundo.

Los debates y las exposiciones de datos reales nos manifiestan que el problema ambiental crece de forma exponencial y que además de tener una visión integral y transversal, es necesario la adopción de medidas tecnológicas  y legales que permitan un freno a la realidad ambiental, que si no hacemos nada nos marcará un futuro negativo.

En el Fórum Internacional, mi ponencia se centro en los aspectos legales que hoy todavía considero que son un freno hacia un desarrollo pleno de las competencias en el ámbito local para poder regular y gestionar la movilidad urbana, que cada vez adquiere un carácter más metropolitano.

En otros artículos ya he hablado de la necesidad de una regulación de una ley de movilidad urbana que sume competencias ambientales y de tráfico. Es urgente un traslado claro de competencias y recursos para dotar a las áreas metropolitanas y los municipios de verdaderas competencias de gestión.

Las competencias de las diferentes administraciones deben dejar de ser un lastre para una evolución y regulación del tráfico de vehículos desde un punto más ambiental y menos de fluidez y de circulación a cualquier precio.

[1] «El poder de las ciudades en un mundo de redes». Manuel Castells, Catedrático emérito de planificación urbana. Vanguardia Dosier nº 67. Enero-Marzo 2018