Con la llegada del nuevo gobierno en España, se está volviendo a plantear la necesidad de una ley de movilidad en nuestro país. El cambio de nombre del nuevo Ministerio de Transportes, que se le añade “Movilidad y Agenda Urbana”, permite albergar esperanzas de que por fin el concepto y las actuaciones de movilidad tendrán un lugar destacado en la agenda política y social de nuestro país.
Esta incorporación de la palabra movilidad, esperemos que sirva para afrontar con rapidez la redacción de una ley de movilidad en nuestro país, que sirva de lanzamiento para aplicar los nuevos conceptos de movilidad y sostenibilidad ambiental a la realidad social de nuestro país.
Sirva de referencia la recientemente aprobada en Francia de la Ley 2019-1428, de orientación de movilidad, es destacable el nombre de la ley tenga la expresión de “orientación” lo que resulta una indicación de por donde nuestros vecinos entienden que debe transcurrir una normativa sobre movilidad, en sus primeros artículos los objetivos de la norma francesa son:
- Reducir las desigualdades territoriales y contribuir al objetivo de cohesión de los territorios, mejorando la accesibilidad de ciudades y territorios medianos poco conectados a metrópolis, grandes aglomeraciones o países vecinos, así como dentro de aglomeraciones en los distritos prioritarios de la política de la ciudad, mientras se cuida de limitar el consumo de espacios naturales y la expansión urbana.
- Reforzar las ofertas de viajes diarios, mejorar la calidad y la seguridad de las redes de carreteras, ferrocarriles y ríos y garantizar su sostenibilidad, remediar la saturación de las ciudades y su acceso y mejorar las conexiones entre las zonas rurales o periurbanas y centros urbanos.
- Acelerar la transición energética, la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y la lucha contra la contaminación y la congestión vial, promoviendo el reequilibrio modal en beneficio de los viajes realizados en modos de transporte individual, colectivo y de carga menos contaminantes, como el ferrocarril, el río, el transporte público o los modos activos, al aumentar el uso compartido de modos individuales de transporte y al facilitar los viajes multimodales.
- Mejorar la eficiencia del transporte de carga para fortalecer la competitividad de los territorios y puertos, acelerar el cambio modal y reducir el impacto ambiental del transporte de carga.
Pero lo importante de esta ley es el acompañamiento económico que el gobierno francés dedica para implementar y conseguir los objetivos de la ley, como es el aumento de un 405 de la inversión para mejorar en transporte publico loas próximos años o los 2600 millones de euros destinados para liberar nudos ferroviarios o las inversiones para incrementar el uso de la bicicleta con una mayor seguridad para los usuarios, sin olvidar las inversiones para incrementar el uso del coche eléctrico desarrollando más lugares de recarga en lugares públicos y en zonas residenciales.
Las leyes como aplicación de normas sobre un papel pueden ser más o menos acertadas, pero sino existe un verdadero y planificado ejercicio de inversión económica todas las intenciones y objetivos se pueden quedar en el papel.