VIRUS Y MOVILIDAD

Sin lugar a dudas la situación de excepcionalidad que estamos viviendo con el coronavirus, nos va a marcar a toda la sociedad y en concreto a la europea y por lo tanto a nuestros país, tendremos que plantear en un futuro los aspectos transversales que indicen en la movilidad y sobre todo la urbana, esa movilidad cotidiana que configura nuestras ciudades y que tanto hemos hablado en los últimos años, sobre todo por sus efectos ambientales, sin pensar que también tiene efectos adversos para la salud pero sin llegar a imaginar que el gran efecto para la salud sería un virus.

La foto que encabeza este comentario es de un buen amigo, Berto Alvarez, que tiene una especial habilidad para el arte de la fotografía, al observar la foto que me facilito hace unos días, me hace reflexionar sobre este niño que observa un elemento de movilidad, pero que está parado y al fondo una pista despejada, donde se realizan los movimientos de aterrizaje y despegue de una manera controlada y sin olvidar nunca los más mínimos elementos de seguridad, ese niño que es el futuro de nuestra sociedad, seguro que en los próximos años vera un cambio importante en la movilidad, tanto en las grandes distancias como en la más cotidiana y diaria de nuestras ciudades.

La reflexión sobre la movilidad a la que me conduce esta foto, me recuerda experiencias vividas, como la que en los años 90 realizamos en nuestro país donde los muertos por accidente de tráfico eran una pandemia anual de ceca de diez mil fallecidos pero con la responsabilidad compartida de la sociedad y la actuación decidida de una administración que supo tomar medidas, que en su momento algunas fueron discutidas y poco populares pero que se han demostrado eficaces para reducir los 9.344 fallecidos en el año 1989 a los 1.806 del año 2018 en toda España.

Pero recordemos que como indicaba recientemente el director de la DGT: “La seguridad vial funciona si la movilidad funciona bien”[1] y esta movilidad actual cambiara mucho en los próximos años. Por lo tanto, ahora que se hable de una nueva ley de movilidad, las nuevas tecnologías aplicadas a la movilidad y los cambios sociales que se están realizando no podemos dejar de lado cuando pase esta pandemia los efectos que en la sociedad va a dejar esta crisis de salud y como veremos acelerarse cambios en la movilidad de todos nosotros.

Por una parte, esta crisis de salud, va a tener sus efectos sobre la economía y según varias predicciones nos acercamos hacia una desglobalización a nivel mundial y algunos expertos ya apuntan que esta crisis vírica lo que puede intensificar este proceso.[2]

Con esta situación de confinamiento, también se está mandando un mensaje a la sociedad de que es necesario un mayor responsabilidad individual, que se puede estar días con salidas restringidas, que no es necesario estas salidas constantes y  que algunos trabajos no necesitan el desplazamiento diario y puntual como se está realizando actualmente y sobre todo que la protección de la salud pública deben ser prioritarios a las consideraciones económicas  e incluso  en el plano jurídico nos deberemos plantear como sociedad las restricciones de algunos derechos individuales relacionados con la movilidad y los desplazamientos.

En el ámbito urbano, la experiencia del trabajo on-line, incluso de la educación por este sistema, se debe ponderar en su justa medida y como indica el filósofo y pedagogo José Antonio Marina: “La educación está en un proceso de cambio y futuro incierto[3], pero seguro que los planteamientos tradicionales y presenciales se podrán combinar con las enseñanzas a distancia.

Por lo tanto las medidas de movilidad en las ciudades no solo se deben adaptar a una mejora de los accidentes de tráfico, una menor contaminación ambiental, en definitiva, para conseguir la tan anhelada y ya comentada calidad de vida de las ciudades, deberemos tener muy en cuenta los cambios que en la sociedad va a producir la superación de esta pandemia sanitaria, que nadie nos garantiza que sea la última y que por desgracia muchos apuntan que el peligro no está en una guerra convencional, sino en atentados contra la salud pública.

Como en algunos artículos de esta página ya hemos avanzado, la ciudad es un espacio de relación para las personas, donde el contacto, la convivencia y la comunicación son la esencia de la vida colectiva y en los próximos años nos enfrentamos a unos años de transición a los nuevos modos de movilidad en las ciudades.[4]

Pero los cambios sociales, los hábitos y costumbres como uno de los elementos transversales de la movilidad urbana, van a sufrir cambios y de manera acelerada por lo tanto esta debemos estar a la vanguardia de los cambios a realizar y desde las administraciones como de la sociedad civil debemos velar por participar y anticiparnos en los  criterios del nuevo modelo de movilidad urbana, así como su correcta plasmación en las normas jurídicas que deben regular la movilidad como un aspectos más de convivencia.

[1] Pere Navarro director de la DGT, Jornadas sobre seguridad vial, Fundación CEA

[2] El Coronavirus, ¿nuevo impulso a la desglobalización? Blog Elcano. Enrique Fanjul. https://blog.realinstitutoelcano.org/el-coronavirus-nuevo-impulso-a-la-desglobalizacion/

[3] Cita en el artículo “Educación de ayer para la sociedad del mañana”. Luis Meyer. https://ethic.es/2020/02/educacion-de-ayer-para-la-sociedad-del-manana/

[4] Artículo en esta página web 13 mayo 2019, “Escuchar la ciudad”