articulo publicado de opinión en EL PERIODICO, el 20/08/2018
Cuando hablamos de accidentes de tráfico, siempre se hace referencia al concepto de seguridad vial, hace unos años Pere Navarro, actual Director General de Tráfico, manifestaba:
«La seguridad vial es una ecuación de información y concienciación, más vigilancia y control.»
Yo creo desde hace años en esta ecuación y donde se aplica con criterio y convencimiento los accidentes se reducen, pero lamento profundamente que en los últimos seis años los responsables políticos de nuestro país se han olvidado de gestionar y aplicar todos los datos de la ecuación antes indicada.
Mi lamento no es por una cuestión de personalismo, sino por los más de once mil víctimas de accidentes de tráfico que se han producido en los últimos siete años. Cuando los responsables políticos no asumen la seguridad vial como un riesgo permanente como consecuencia de una movilidad cotidiana se están poniendo al nivel de responsabilidad de la minoría que provoca los accidentes de tráfico.
Existe un grupo de riesgo en la sociedad que provoca accidentes de tráfico no fortuitos y es por haber consumido drogas, estar bajo los efectos del alcohol, no prestar la atención debida en la conducción o no circular a la velocidad adecuada y es entonces cuando están convirtiendo un accidente en un atentado contra la sociedad. Y es por ello que se debe plantear una nueva responsabilidad individual ante los accidentes de tráfico, la indemnización económica no es la solución final después de un accidente, esconder la culpa no se puede resolver solo con dinero.
Las administraciones y sus responsables también pueden caer en este atentado a la sociedad por falta de actuación contra los riesgos viales, no se puede olvidar que estamos ante una falta de inversión en carreteras convencionales, mientras que en el año 2008 se invirtió el 5% del PIB, en el 2016 solo el 1,9%, carreteras que son el lugar donde se producen la mayoría de victimas de los accidentes, ya que las salidas de vía y los choques frontales son la principal característica de estos accidentes.
Existen estudios que nos indican que con más inversión en mantenimiento y mejora de las carreteras convencionales se pueden reducir accidentes. Pero la seguridad vial no es solo inversión en carreteras, existen más soluciones en el mundo de la prevención de riesgos viales como la mejora de señalización, aplicación de nuevas tecnologías, presencia policial en puntos conflictivos, implantar carreteras de 2+1 para evitar accidentes frontales, y la lista podría seguir.
Por último no podemos olvidar la ecuación, el concepto de concienciación y es que la sociedad vuelva a recuperar la conciencia sobre los riesgos viales y sus consecuencias. Necesitamos de esta responsabilidad colectiva y de la acción política que crea y realice una gestión sobre los riesgos viales desde las administraciones, para evitar que los accidentes de tráfico sean un atentado contra la sociedad. Como decía el Sociólogo de la seguridad Ulrich Beck; «Riesgo es anticipación a la catástrofe».