LA INSEGURIDAD QUE CREA LOS NUEVOS MODOS DE MOVILIDAD URBANA

Cuando se realiza el análisis de nuestras ciudades y su calidad de vida, siempre surgen datos y medidas para mejorar la inseguridad ciudadana y entendemos rápidamente que se tomaran medidas para evitar robos, atracos y otros delitos relacionados con las personas, pero nos olvidamos de las personas que sufren accidentes con lesiones y muertes por causa de la movilidad. El pasado año 2017 en las ciudades españolas se han contabilizado 64.740 accidentes de tráfico con víctimas y con el resultado de más de 82.000 víctimas entre fallecidos (509) y heridos.

En el espacio urbano deben convivir cada vez más diversos modos de transporte que las personas vamos incorporando a la cotidianidad y recientemente han aparecido unos vehículos denominados de movilidad personal o VMP. Estos vehículos de movilidad personal están triunfando en el mercado ya que funcionan con la ayuda de motores eléctricos cada vez más eficientes y la mayoría de los cuales se recargan en 1 o 2 horas.

Otro de los aspectos a tener en cuenta es que suele superar los 20 kilómetros de distancia a recorrer con una sola carga y que facilitan a las personas que no quieren realizar el esfuerzo requerido por el pedaleo de una bicicleta convencional la posibilidad de desplazamiento individual por la ciudad.

No debemos olvidar que el precursor de este cambio tecnológico lo encontramos en el lejano año 2001 cuando el inventor americano Dean Kamen dio a conocer el Segway, que se ha presentado como alternativa al andar, ir en bicicleta o al coche, con una velocidad máxima y regulable de 20Km/h.

La aparición del Segway en Europa a inicios del año 2003, ha comportado posturas encontradas sobre su utilización en lugares y zonas de concurrencia pública. La negativa de la Comisión Europea de regular el uso del Segway Human Transportes, ha dejado libertad de regulación en cada país y este criterio también se está aplicando al resto de VMP (vehículos de movilidad personal) que con formas diversas como el patinete, con silla o sin, ruedas autónomas y demás ingenios mecánicos son el soporte a esa movilidad individual que muchas personas están comprando.

Además, con el añadido de que se evitan el coste de transporte privado o público y resulta más económico de compra y mantenimiento que otros modos de transporte. Ante la proliferación de estos VMP, es urgente la regulación de los ayuntamientos, queda claro que estos vehículos la administración del Estado los ha sacado de las carreteras y lo deja a la regulación de las ordenanzas municipales, que deben adaptar el tráfico de estos vehículos a la realidad territorial de su municipio.

Pero lo que se debe solicitar a instancias superiores de la administración son unos criterios mínimos a facilitar a los responsables municipales, de características técnicas, seguridad y criterios de uso que unifiquen criterios de seguridad vial y permitan una mejor regulación de estos artilugios mecánicos en cada municipio.

Es importante que se diferencie estos vehículos con motor eléctrico y los que funcionan por la fuerza muscular de las personas o sea sin motor. Se debe tener en cuenta que cada modelo de VMP puede tener diferente velocidad y eso es un factor clave, todo lo que supere los 20Km/h no puede circular por el carril bici, por el peligro que supondría para el resto de usuarios.

En el año 2016 la Dirección General de Tráfico (DGT), publico una instrucción que de momento ha sido una referencia sobre las clases de estos vehículos, pero no es la solución, ya que se debería incorporar estos vehículos, indicar sus características y las condiciones de uso en una norma como el reglamento de vehículos y que nos indique si pueden circular o no y si se envían a la calzada con el resto de vehículos a motor en qué condiciones.

Queda un último tema que no es técnico y del que se habla poco, y es ¿podemos poner en la calzada a conductores de VMP con el resto de tráfico motorizado sin permiso de conducir?, que garantías tenemos de que conozcan las normas básicas de tráfico o se debe crear un permiso exclusivo para VMP, que solo permita circular por zonas urbanas. Otra cuestión es si ¿las compañías de seguros aseguraran a estos vehículos? Sabiendo que pueden ser conducidos por persona sin ninguna acreditación de conocer las normas básicas de tráfico.

Creo que el problema esta sobre la mesa y pide actuaciones urgentes, no sea que para regular y fomentar un elemento nuevo de movilidad les permitamos circular libremente, quitando espacio a los peatones cuando deben arrebatar espacio al resto de vehículos motorizados de nuestras ciudades, pero con garantías de seguridad.